El montaje: La construcción de un audiovisual /Autor: Ariel Fathala
Introducción
El montaje, o si se prefiere la compaginación o edición de un material audiovisual, representa por su poder creativo, una de las etapas más significativas de su proceso artístico. En ese momento tenemos la totalidad de la obra ante nuestros ojos y dependerá de nosotros el producto final. Es la oportunidad para convertir un buen trabajo en excelente. Tal es el caso del film Citizen Kane (Orson Welles, Usa 1941) que luego de una filmación donde las imágenes eran de por sí brillantes con el montaje la obra tomo carácter de inmortal. Citaré la concepción del Sr. Welles sobre el montaje: “No puedo creer que el montaje no sea esencial para el director, desde el momento que mediante él, uno controla completamente la forma del film.
En la sala de montaje es el único lugar donde el director es en potencia un verdadero artista, ya que ejerce el control total del film.... En mis montajes busco el ritmo exacto entre un encuadre y el siguiente, es una cuestión de oído: el montaje es el momento en el que el film tiene que ver con el sentido del oído... Mis montajes no son puros problemas de narración o tensión dramática los que lo detienen, es mas bien una forma, cuando el director de orquesta ha de interpretar una pieza con o sin rubato”.
Siguiendo la misma analogía que coloca un trabajo audiovisual en paralelo con la obra musical resulta relevante recordar las palabras de otro director ruso que aportó mucho al crecimiento de esta disciplina: “escribir una película cómo si fuera una partitura. Cada plano está ligado al siguiente, no solo como una simple indicación, sino como una progresión simultánea de una serie múltiple de líneas con un orden de construcción independientes, inseparable del orden de la composición de la totalidad de la secuencia”. (Eisenstein, (autor del Acorazado Potemkin, 1925). En este sentido el cineasta o montador realiza su ilusión en función de la credibilidad sonora.
Componentes
En el proceso de dar forma al material, para convertirlo en un producto concreto y autónomo, hay que ser consciente de todos los elementos que participan en la acción y cuales son nuestras posibilidades.
El montador tendrá la responsabilidad de ordenar todos y cada uno de ellos para que el relato vaya tomando consistencia, respetando siempre la idea original y preservando la claridad del relato.
Entre otras cosas, el montador tiene a su disposición una serie de normas que se fueron legitimando con el correr de los años y que el espectador ya incorporó junto a sus códigos de lectura. En este sentido es importante recordar las connotaciones que implican utilizar un fundido entre planos o un primer plano, el uso indebido de ellos dotaran al discurso de gran confusión.
También es importante destacar la importancia de mantener la estructura sólida en las partes y componerla de mayor a menor para formar el todo. En este aspecto es aconsejable la agrupación en: Secuencias (se determinan por unidad dramática entre escenas – todas las escenas que componen la misma estarán gobernadas por el mismo sentido dramático, seguirán la misma línea argumental; Escenas (se determinan por la unidad de espacio y tiempo entre los planos que la componen – Un plano secuencia será el que represente en un único plano el desarrollo de una unidad dramática completa); Planos (se determinan por las distintas posiciones y/o movimientos de cámara); y por último las Tomas (serán las sucesivas repetición de la misma acción de un plano).
Reglas
Muchas posibilidades posee el montador al momento de unir un plano con otro. La más conocida es la regla del Racord, que no es otra cosa que la continuidad espaciotemporal de un plano con el siguiente.
Los problemas de continuidad o de Racord, se caracterizan por despistar y confundir la atención del espectador cuando se cambia de plano. En este aspecto será necesario mantener continuidad en: el movimiento del personaje si va de una dirección a otra; supervisar que el/los personajes y objetos mantengan la misma actitud, vestuario y posición que el plano anterior; una misma condición lumínica entre un plano y otro.
También es importante conservar la regla de los 180º, que consiste en cuidar de mantener siempre el mismo eje desde el cual se registrará la acción. Ej: Si hay dos personajes hablando enfrentados, para no prestar a confusión podré colocar la cámara en todo el semicírculo imaginario que se forma entre uno y otro, ese será el eje espacial para filmar.
Detalles
Siempre será más atractiva una obra si la relación entre los planos y su duración manejan un segundo lenguaje dentro de la estructura general. Quiérase o no al unir un plano con otro: ya sea de forma rápida o dejando silencios, pausas; según el estilo de unión que utilice (barrido, fundido entrelazado, corte directo, etc...), se va construyendo un ritmo de lectura visual que mejorará o no la lectura del trabajo final.
En algunos momentos apoyará la acción dramática y en otros servirá como contrapunto para destacar algún factor de interés.
Consejos
Si al término del trabajo tenemos dudas respecto de cómo responde la estructura o forma definitiva en función de nuestros objetivos, podemos preguntarnos por ejemplo:
- ¿Cuál es la premisa de cada secuencia?, ¿Se relacionan y orientan la historia hacia el objetivo dramático?
- ¿Cuál es el centro de atención en cada escena?, ¿Es el que necesito para sostener el argumento?
- ¿Cómo funcionan los tiempos muertos en la estructura?, ¿Ayudan o no a la lectura?
Estas y otras preguntas nos servirán para saber si la estructura sostiene nuestra historia, o la hace más confusa.
Síntesis
Hoy en día la tecnología avanza de manera tal que el montador, y artista en general, tiene un abanico más amplio de herramientas útiles para utilizar en el momento de la creación. No obstante, resulta de gran importancia no caer prisionero de los artilugios tecnológicos si no se tiene claro el objetivo, porque el abuso o mal uso de ellos por lo general interfieren la claridad del discurso.
Es importante tener en claro, a toda persona que decida construir audiovisuales, que es indispensable mantener el concepto de lo que se quiso decir desde la idea original lo cual fue el motor principal en la motivación del proyecto. La esencia debe permanecer intacta.
Cada obra requiere y acepta determinados recursos, no todo lo existente en el campo de las posibilidades se puede aplicar con el mismo sentido a todos los trabajos. Los efectos, códigos, reglas y normas son útiles siempre y cuando aporten nuevos elementos a nuestro trabajo. Si lo que se busca es transgredir las normas, será necesario primero conocerlas a fondo para luego ponerlas en crisis.
Recursos hay muchos, pero la función y objetivo del editor será darles a cada uno de ellos el uso justo y necesario, aprovechando las cualidades que cada uno ofrece y que mejor se ajusta a las necesidades especificas de cada trabajo en particular. Solo de esta manera se consigue una estructura coherente, sólida y eficaz.
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