1. El lenguaje como sistema
Esquema Básico
Emisor: Persona que transmite algo (un mensaje) a otro/s.
Mensaje: Información que el emisor envía al receptor.
Canal: Elemento físico que establece la conexión entre el emisor y el receptor.
Receptor: Persona que recibe el mensaje a través del canal y lo interpreta.
Código: Es un conjunto de signos sistematizado junto con unas reglas que permiten utilizarlos. El código permite al emisor elaborar el mensaje y al receptor interpretarlo. El emisor y el receptor deben utilizar el mismo código. La lengua es uno de los códigos más utilizados para establecer la comunicación entre los seres humanos.
Contexto: Relación que se establece entre las palabras de un mensaje y que aclaran y facilitan la comprensión de lo que se quiere expresar.
2. El uso: jugar en el juego del lenguaje
Al estudiar el lenguaje como un sistema y una facultad, con todo el potencial que le otorgan sus múltiples funciones, se aprecia cuán importante es tener en cuenta, en todo momento, qué “uso” se le está dando. Wittgenstein entiende a la estructura lógica del lenguaje desde una visión holístico-pragmática en la que el “uso” formal de los juegos lingüísticos es la atención principal.
Este uso no se caracteriza por una peculiar concepción anárquica del lenguaje, sino que está dado sobre un conjunto de reglas compartidas y que se crean en su desarrollo.
Los usos del lenguaje responden a unas ciertas reglas que son necesarias cumplir para poder integrarlas en el juego del lenguaje.El lenguaje se compone de infinitos juegos, quizá tantos como hablantes, entre los cuales podemos encontrar lo que se denomina "parecidos de familia". Mediante estos hay una tendencia inevitable a la unidad, a seleccionar los aspectos comunes para lograr conceptos generales que abarquen una porción de realidad lingüística lo más amplia posible. Todo ello es posible debido a esta inevitable tendencia mediante la cual aprendemos el significado de una cosa y así fotografiamos su imagen.
Con los juegos del lenguaje Wittgenstein justifica fundamentalmente tres tipos de cosas: se aplican para dar nombre a una cosa o para incentivar lenguajes cuya estructura es muy simple; se aplican a determinados aspectos lingüísticos que están insertos en una totalidad orgánica; y finalmente se aplican también para el uso del lenguaje cotidiano.
El juego del lenguaje se refiere a la totalidad de la actividad lingüística que, aunque sea muy imprecisamente, se clasifica en cuatro grupos: Para construir un objeto o hacer predicciones. Para traducir, leer, actuar siguiendo el orden adecuado. Para ordenar, mentir, relatar. Para ayudar a la comprensión de sistemas indefinidos o relativos: el dolor, la percepción de los colores, etc.
Wittgenstein se apoya en ocasiones en la metáfora del juego, en su carácter lúdico, en la diversión como objeto. Pero los juegos del lenguaje tendrán en realidad una función mucho más diversa. No podemos perder de vista la idea de que el lenguaje ahora ya no es una "figura" de los hechos, sino que se admite una pluralidad de lenguajes, cada uno de los cuales es un modo de relacionarse con el mundo y tiene su propio sistema de juego. Es en definitiva una forma de vida dada, la cual debemos aceptar.
Podremos así, establecer juegos del lenguaje cuando este sea flexible, cuando sea una actividad y exista sólo en su uso. Esta última es la palabra clave, pues no es posible prescribir leyes a los lenguajes, sino únicamente describirlos; no los podemos aprender fuera de ellos, en un diccionario o en simple manual, sino usándolos. Por ello, cada lenguaje es un juego lingüístico diferente a los demás. La postura de Wittgenstein no deja de ser clara: "Nosotros denominamos a las cosas, y desde entonces podemos hablar de ellas, referirnos a ellas hablando. Como si en el acto denominativo viniera ya indicado lo que tenemos que seguir haciendo. Como si tan sólo hubiera una sola cosa que fuera "hablar de cosas". Lo cierto es, por el contrario, que con nuestros enunciados hacemos las cosas más diversas. Pensemos, sin ir más lejos, en exclamaciones que cumplen funciones tan diferentes: "agua", "ay", "auxilio", "estupendo", "no". ¿Aún persistimos en dar a estas palabras el calificativo de "nombres de objetos"?
Cada cual posee ciertos juegos personales, lo cual lleva a Wittgenstein a entender el lenguaje como forma de vida। Esta se entiende como la última plataforma de todo conocimiento; es dado y debe ser aceptado. Pero comparar el lenguaje con el juego, no debe llevar a pensar que el lenguaje es algo trivial, sino muy al contrario, y es que lo que intenta exponer es la relación entre el habla del lenguaje y actividades no necesariamente lingüísticas. Pero además, el habla es un rasgo definitorio de un grupo de gente relativamente grande que vive de una determinada forma, a la que Wittgenstein llama "forma de vida". Por tanto, el lenguaje se vincula con nuestra vida por o a partir de sumarnos a la actividad de jugar en el juego del lenguaje.
Recopilación de cátedra.
Wittgenstein. Los juegos del lenguaje y sus reglas
Prof. Sánchez O.Torres.
WITTGENSTEIN. Tractatus Logicus Philosophicus. Editorial Alianza Editorial, Madrid
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