25.3.09

SISTEMAS

Proponemos la siguiente recopilación de textos de diferentes autores, los cuales aportan contenidos teóricos que servirán para abordar y reflexionar sobre el ancho mundo de los Sistemas de Alta Complejidad.

Breve introducción a la Teoría de Sistemas

La teoría de sistemas plantea un nuevo marco de enfoque metodológico de muy amplia aplicación en distintas áreas de conocimiento, esto es nuevo paradigma científico que retoma la visión holística e integradora, como necesaria para una comprensión de la realidad, frente a los reduccionismos analíticos que fijaban su atención en aspectos muy concretos, sin considerar que éstos estaban sujetos a la dinámica del conjunto. La teoría de sistemas contempla los ambientes e interacciones de las estructuras organizadas cuya naturaleza diferencial radica en su propia organización, con determinados equilibrios internos, modalidades de alimentación y conservación, etcétera.
Estas propiedades de los sistemas, advertidas inicialmente en los organismos vivos y en la naturaleza, eran exportables a otros escenarios para la observación y comprensión de sus estructuras dinámicas, como los de las ciencias humanas y sociales. Por ello, la teoría de sistemas no sólo va a ser contemporánea de otras teorías, sino que vendrá a ahormarlas, a relacionarlas entre sí bajo un nuevo paradigma de percepción de la realidad científica. Estrechamente relacionadas aparecen la teoría de la información, la cibernética de segundo orden y el constructivismo radical (von Foerster y Ashby, muy especialmente), pero su estela no se cierra al panorama científico cambiante de mediados del siglo XX, sino que se proyecta en una progresiva impregnación de estructuras de conocimiento susceptibles de ser descritas mediante marcos sistémicos (por ejemplo, en el campo de la comunicación y de las ciencias sociales, Niklas Luhmann) y en su proyección embrionaria sobre otros recorridos que alcanzan a la teoría del caos, la genética o a la física cuántica.

¿Qué es un sistema?

Un sistema es un conjunto de elementos o partes que interaccionan entre sí a fin de alcanzar un objetivo concreto. De aquí se desprenden dos implicancias fundamentales. Primero, que existe una influencia mutua entre sus elementos componentes, es decir, que el cambio experimentado en uno de ellos repercute y afecta inevitablemente al resto. Y segundo, que una serie de elementos reunidos (es decir, un conjunto), que no persigue un propósito común (un objetivo), de ninguna manera constituye un sistema. En síntesis, para que el comportamiento de un sistema esté adecuadamente descripto, es necesario conocer, además de sus elementos, las interacciones o relaciones entre ellos.

Un sistema es algo más (y algo menos) que la simple suma de sus elementos constitutivos. Por un lado, emergen propiedades nuevas que no pueden atribuirse a ninguno de ellos; y, por otra parte, se reprimen o inhiben algunas de sus propiedades intrínsecas. Existen varios ejemplos de ellos. Partiendo de harina, agua, sal y levadura, y a través de un proceso de cocción, surge el pan, algo totalmente diferente y que tiene otros atributos o cualidades que los ingredientes con los que se origina. Los cardúmenes, los enjambres y las manadas se comportan -como conjunto- de manera distinta a como lo hacen sus individuos componentes. Una neurona por sí misma no posee ningún tipo de inteligencia, pero miles de millones de ellas interactuando entre sí pueden originar una mente, algo totalmente diferente. Este comportamiento surge únicamente cuando el sistema se considera como un todo, como algo global y colectivo.

Los sistemas y el entorno

Dado que todo sistema se encuentra inmerso en un medio ambiente, en general, éste va a afectar tanto su funcionamiento como su rendimiento. Para medir, en cierta forma, esta influencia o interacción aparece el concepto de "permeabilidad". Los sistemas escasamente permeables (es decir, aquellos que no intercambian o intercambian poca materia, energía o información con el entorno) se conocen con el nombre de "sistemas cerrados". Por el contrario, los sistemas mediana y altamente permeables son los que presentan alguna o mucha interacción con el medio ambiente y se denominan "sistemas abiertos".

El pensamiento complejo

Dime de donde vienes y te diré quien eres…

Desde un punto de vista etimológico la palabra complejidad es de origen latino, proviene de complectere", cuya raíz "plectere" significa trenzar, enlazar. El agregado del prefijo "com" añade el sentido de la dualidad de dos elementos opuestos que se enlazan íntimamente, pero sin anular su dualidad. De allí que "complectere" se utilice tanto para referirse al combate entre dos guerreros, como al entrelazamiento de dos amantes.
En castellano la palabra "complejo" aparece en 1625, con su variante "complexo", viene del latín "complexus", que significa "que abarca", participio del verbo "complector" que significa yo abarco, abrazo. De complejo se deriva complejidad y complexión. Por otro lado esta última palabra, que aparece en el castellano alrededor del año 1250, proviene del latín "complexio" que significa ensambladura o conjunto.

La complejidad, es a primera vista un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente unidos, que presentan la paradójica relación de lo uno y lo múltiple. La complejidad es efectivamente el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Hoy la complejidad es nuestro contexto.

Morin resalta incesantemente que el pensamiento complejo es ante todo un pensamiento que relaciona y que es el significado más cercano al término complexus ( lo que esta tejido en conjunto).
Para pensar lo complejo nos dice que precisamos un pensamiento que una lo que esta separado y dividido en compartimentos, que respete lo diverso sin dejar de reconocer lo uno (desde lo unicelular hasta lo universal, desde la individualidad hasta lo innombrable), y que trate de discernir las interdependencias pertinentes. Al mismo tiempo, este pensamiento debe ser radical (que vaya a la raíz de los problemas que aborda), multidimensional, y organizador o sistémico para concebir los nexos poli-direccionales entre el todo y las partes tal como vienen haciéndolo las ciencias ecológicas.

Conocer no es clasificar y archivar, sino negociar, trabajar, inventar, desafiar, discutir, pelearse con lo desconocido que se atomiza, disuelve y reconstruye sin cesar, haciendo que toda solución a un problema produzca una nueva pregunta, y que toda pregunta abra gamas reflexivas cada vez más complejas y menos enigmáticas.
Habría que aspirar a lo que expresó Blaise Pascal en el siglo XVII: “considero imposible conocer las partes sin conocer el todo, igual que el conocer el todo sin conocer cada una de las partes”. De ahí emana la necesidad de un pensamiento que pueda contextualizar lo singular, lo particular y lo local, poniendo lo global en relación con las partes.

Morin ha planteado que la complejidad se sitúa en un punto de partida para una acción más rica, menos mutiladora. Considera que cuanto menos mutilador sea un pensamiento, menos mutilará a los seres vivos. Y pide que se recuerden las ruinas que han producido las visiones simplificadoras, no sólo en el mundo intelectual, sino también en la vida diaria: “suficientes sufrimientos aquejaron a millones de seres como resultado de los efectos del pensamiento parcial y unidimensional”.

Existen tres principios que ayudan a pensar la complejidad:

1. El principio dialógico, que asocia dos términos a la vez complementarios y antagonistas, lo cual permite mantener la dualidad en el seno de la unidad. Aquí y ahora, los individuos se producen a si mismos, se auto-renuevan y autorregulan: por un lado se degradan y por el otro reponen biológicamente sus componentes.
2. El principio de recursividad organizacional: Morin lo ilustra con una imagen de un remolino donde cada momento es producido y, al mismo tiempo, productor, donde al mismo tiempo los productos y los efectos son causas y productores de aquello que los produce. Por una parte, la sociedad es producida por interacciones entre individuos. Pero una vez producida, actúa retroactivamente sobre los individuos y los produce. Sino existiera la sociedad y su cultura, un lenguaje, un saber adquirido, no seríamos individuos humanos. En consecuencia, la idea recursiva rompe con la idea de recursividad lineal. Todo lo que es producido retorna sobre aquello que lo ha producido en un ciclo que en si mismo es auto-constitutivo, auto-organizador y auto-productor.
3. El principio hologramático: en el mundo biológico cada célula de cada organismo contiene la totalidad de la información genética de tal organismo. Nuestro conocimiento del todo aumenta por el conocimiento de las partes y viceversa. La sociedad se encuentra en cada uno de nosotros (sus observadores), y nosotros le damos forma.

Pensamientos relacionados…

Aunque la realidad es un fenómeno global, también es producto del entretejido y la estratificación de múltiples microrrealidades. De igual manera, la sociedad también se edifica por la interacción e interdependencia de infinitas micro-sociedades de muy variados niveles de extensión, solidez y durabilidad – entre sí solidarias, antagónicas o indiferentes.

Marta Zátonyi

Por Le Corbusier

Aislado, el hombre se siente desarmado; por eso se vincula espontáneamente a un grupo. Abandonado a sus propias fuerzas, sólo construiría su choza y llevaría, en la inseguridad, una vida de peligros y fatiga agravados por todas las angustias de la soledad. Incorporado al grupo, siente pesar sobre él la coerción de una disciplina inevitable, pero en cambio se encuentra seguro, en cierta medida, frente a la violencia, la enfermedad y el hambre; puede pensar en mejorar su casa y también satisfacer su profunda necesidad de vida social. El hombre, convertido en elemento constituyente de una sociedad que le sostiene, colabora directa o indirectamente en las mil empresas que aseguran su vida física y desarrollan su vida espiritual. Sus iniciativas se tornan más fecundas, y su libertad, mejor defendida, sólo se detiene donde podría amenazar a la de otro. Si las empresas del grupo son acertadas, la vida del individuo se ensancha y se ennoblece por ello. Pero si predominan la pereza, la necedad y el egoísmo, el grupo, presa de anemia y de desorden, sólo proporciona rivalidades, odio y desencanto a cada uno de sus miembros. Un plan es acertado cuando permite una colaboración fecunda procurando el máximo de libertad individual. Resplandor de la persona en el marco del civismo.

(…) La situación económica, riqueza o pobreza, es uno de los grandes resortes de la vida y determina el movimiento hacia el progreso o hacia la regresión. Desempeña el papel de un motor que, según las fuerzas de sus pulsaciones, introduce la prodigalidad, aconseja la prudencia o impone la sobriedad; la situación económica condiciona las variaciones que dibujan la historia del pueblo, de la ciudad o del país. La ciudad circundada por una región cubierta de cultivos tiene el avituallamiento asegurado. La que dispone de un subsuelo precioso se enriquece con materias que podrán servirle de moneda de cambio, sobre todo si está dotada de una red de circulación suficientemente abundante que le permita entrar en contacto útil con sus vecinos, próximos o lejanos. Aunque la tensión del resorte económico depende en parte de circunstancias invariables, puede ser modificada a cada instante por la aparición de fuerzas imprevistas, a las cuales el azar o la iniciativa humana pueden convertir en productivas o dejar que sean inoperantes. Ni las riquezas latentes, que es necesario querer explotar, ni la energía individual, tienen un carácter absoluto. Todo es movimiento, y lo económico, en fin de cuentas, no es más que un valor momentáneo.

(…) Se trata de un sistema que, dentro de límites bastante poco flexibles, rige uniformemente el territorio y la sociedad, les impone sus reglamentaciones y, el actuar regularmente sobre todas las palancas de mando, determina modalidades de acción uniformes en el conjunto del país. Este marco, económico y político, aún en el caso de que su valor haya sido confirmado por el uso por algún tiempo, puede ser alterado en cualquier momento, ya sea en una de sus partes o en su conjunto. A veces, basta un descubrimiento científico para suscitar la ruptura del equilibrio, para hacer que se manifieste el desacuerdo entre el sistema administrativo de ayer y las imperiosas realidades de hoy. A veces ocurre que algunas comunidades, que han sabido renovar su marco particular, resultan ahogadas por el marco general del país. Este último, por su parte, puede experimentar directamente el asalto de las grandes corrientes mundiales. Ningún marco administrativo puede aspirar a la inmutabilidad.

Bibliografía:

Miguel Grinberg: Edgar Morin y el pensamiento complejo – Campo de ideas, sl, Madrid 2002
Edgar Morin: El Método. El conocimiento del conocimiento – Ediciones Cátedra 1994
Marta Zátonyi: Aportes a la Estética desde el arte y la ciencia del siglo 20 - Biblioteca de la mirada
Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo - extractos de textos publicados
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Pensamiento sistémico y complejo en la literatura
Cuento: “El ruido de un trueno” de Ray Bradbury
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Pensamiento sistémico y complejo en cine
*El Efecto Mariposa
*Babel
*Corre Lola corre
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Recomendamos leer el apunte:
Sistema de Carola Hamelau y Sergio Bei (se puede descargar del sitio web de la cátedra)

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